Más de sesenta mil persoas distribuidas en unas dieciséis ciudades argentinas se lanzaron a las calles el primer Domingo de Mayo a favor de la marcha mundial que en la Argentina bregó particularmente a favor de la despenalización, el autocultivo, los usos medicinales y la investigación científica acorde, el reconocimiento de las agrupaciones y una efectiva política de reducción de daños. A la celebración no le faltaron los émulos de Pedro Picapiedra y Elmer Gruñón.
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